Charla-coloquio sobre cómo la sociedad nos demanda que seamos constantemente felices, olvidando el resto de emociones que quedan relegadas a un papel secundario. Ponemos a debate la función de las emociones y si aquellas que nos resultan desagradables tienen un cometido. Analizamos como un optimismo mal entendido puede resultar deprimente y crear falsas expectativas sobre la realidad.